domingo, 13 de novembro de 2011

Nuestra América, nuestra canción, nuestro corazón

Quando estive em Buenos Aires em junho último, quedou-me a impressão, mais uma vez, como nas viagens anteriores, que o Brasil poderia fazer mais pelo processo de integração na América do Sul. Há anos, por cá, deita-se retórica, mas, em matéria de avanços mais significativos, nada. Apesar das excelentes possibilidades de intercâmbio cultural e da efervescência artística e intelectual de uma cidade como Buenos Aires, o Mercosul patina. Um bom caminho parece ser começar tratando das questões em torno da relação educação e trabalho no bloco. É disto que o artigo abaixo trata, resultado de uma intervenção que fiz em Buenos Aires.  À lá Mercedes Sosa, el Mercosur es Nuestra América, nuestra canción, nuestro corazón.




MERCOSUR, EDUCACIÓN Y TRABAJO: DESAFÍOS POST-NEOLIBERALES

IVONALDO LEITE

El Mercosur fue creado como una zona de libre comercio entre Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. El bloque tiene una población de aproximadamente 266 millones de habitantes y un PIB de más de 2,2 trillones de dólares. Actualmente, Venezuela también está en proceso de adhesión al Mercosur, así como hay aún un grupo de países que no son sus miembros efectivos, pero negociaran el status de Estados Asociados, como es el caso de Bolivia, Chile y Ecuador.

No obstante el bloque ha sido creado como una zona de libre comercio, tiene proyectado evolucionar en la perspectiva de una integración que supera la esfera económica y asuma una dimensión política y sociocultural.

En ese sentido, puede ser mencionada la forma como la estructura del Mercosur ha sido definida. Ella es constituida por el Consejo del Mercado Común (CMC), órgano supremo que trata del proceso de integración; por el Grupo Mercado Común (GMC), órgano de decisión técnica, que fija los programas de trabajo y negocia acuerdos con terceros en nombre del Mercosur; por la Comisión de Comercio del Mercosur (CCM), responsable por auxiliar el CMC; por la Comisión Parlamentar Conjunta (CPC), órgano embrión del Parlamento del Mercosur; por el Foro Consultivo Económico Social (FCES), órgano consultivo que representa los sectores de la economía y de la sociedad; y por la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur (CRPM), que es un órgano permanente del CMC. Además, hay las instancias orgánicas, como el Foro de Consulta y Concertación Política (FCCP), el Observatorio del Mercado del Trabajo (OMT) y la Comisión Sociolaboral (CSL).

En relación a la educación, hay el Sector Educacional del Mercosur (SEM), que tiene un Plano Estratégico, con las siguientes directrices: Creación y actualización de espacios virtuales para publicar materiales y productos resultantes de encuentros y seminarios; elaboración de indicadores de educación y tecnologías; publicación de indicadores de la Educación Básica, Medea y Superior; elaboración de un Glosario de la Educación Técnica e Tecnológica; difusión de programas de intercambios; difusión de las acciones del SEM en los sistemas educacionales nacionales; favorecer la circulación de conocimientos entre los países del bloco; fortalecer los lazos nacionales del sistema de información y comunicación; y planear políticas de información, comunicación y gestión del conocimiento.

Además, está en andamiento el proceso de creación de la Universidad de la Integración Latino-americana (UNILA), así como, en Brasil, recientemente, el gobierno oficializó la institución del castellano en las escuelas publicas teniendo como meta universalizar su adopción.

En relación al mercado de trabajo y a la formación profesional, fue asignado, por ejemplo, un acuerdo de cooperación bilateral entre los Ministerios del Trabajo de Brasil y Argentina para desarrollar acciones de capacitación y certificación profesional de trabajadores brasileños y argentinos, en la expectativa que esa iniciativa sea ampliada a los demás países del Mercosur. También, en la reunión del Cumbre de los Presidentes de 2002, realizada en Brasilia, fue establecida la Área de Libre Residencia con Derecho a el Trabajo entre los países del bloque, que reconoce la libre circulación de los diferentes ciudadanos nacionales en busca de alternativas profesionales.

Sin embargo, la agenda que el Mercosur ha adoptado últimamente es un reflejo de la mudanza de gobiernos en la región. Aunque que se tenga críticas a los gobiernos de izquierda del bloque(o centro-izquierda), no se pude decir que continua en marcha una onda neoliberal semejante a la de los años 1990 en América del Sur. Ha sido iniciado un proceso de ruptura con el neoliberalismo. Es un proceso más acentuado en algunos casos y menos intenso en otros.

Así la cuestión que se platea es la indagación sobre el carácter de las políticas del Mercosur. Los cambios en la región demandan la formulación de políticas post-neoliberales. Eso es un desafío porque significa enfrentar intereses internos en cada país de los grupos privatistas (muchas veces asociados a las transnacionales) y contrariar orientaciones de organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En lo que concierne a las políticas educacionales, por ejemplo, durante los años 1990 (la década neoliberal), los ministerios de la educación de la región fueran prácticamente gestionados por técnico-políticos del Banco Mundial. Las consecuencias de eso son bastante conocidas: desatención a la escuela pública y la difusión de una concepción de educación instrumental, no comprometida con la formación integral del ser humano. Es esa lógica que las políticas post-neoliberales en educación en el Mercosur deben superar.

En efecto, se demanda de las acciones adoptadas en el bloque, en función de la relación educación y trabajo, una nueva conceptualización de los temas que marquen la formación profesional. Es preciso enfrentar conceptualmente nociones como capital humano y empleabilidad, así como tener en cuenta las efectivas características del mercado de trabajo del Mercosur, evitando de esa forma las formulaciones generales y abstractas que muchas veces no tiene correspondencia en la realidad de la región.

Por lo tanto, establecer una agenda educacional post-neoliberal es una condición imprescindible para el avanzo de la integración en Mercosur, con el proceso integracional asumiendo una perspectiva de autonomía política y sociocultural.

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