domingo, 1 de julho de 2018

Algo que no tiene precio: tu libertad

El futebolista uruguayo Edinson Cavani escribió una emocionante carta dirigida al niño que era hace más de veinte años, en la que le explicó como el fútebol ha transformado radicalmente su vida y, mediante anécdotas personales, aportó una serie de lecciones a los futbolistas. A continuación, la carta en español y portugués. 


Querido Edinson de nueve años,
Le escribo estas líneas al chico que en el barrio todos llaman “Pelado”.
Cuando eras un bebé no tenías demasiado pelo. Y te fue creciendo muy de a poco. Una cagada, pero no había demasiado que pudieras hacer al respecto. Así que, gracias a la creatividad de tu familia, siempre fuiste “Pelado”.
Bueno, me alegra mucho contarte que en los siguientes 20 años, el fútbol va a cambiar tu vida en muchos sentidos. Algunos muy buenos, otros no tanto. Pero el fútbol te va a ayudar a deshacerte de ese sobrenombre tedioso.
Hay un jugador que se llama Gabriel Batistuta. Todavía no lo conoces, porque el único programa que tienes paciencia para sentarte y mirar en la tele se llama Tom & Jerry. Tu hermano mayor, Nando, será el primero en dejarse inspirar por Batistuta. Empezará a negarse a ir a la peluquería. Y a usar el acondicionador para el pelo de tu mamá. Y de a poco, empezará a parecerse cada vez al magnífico Batigol. Cuando esté corriendo en un campo de juego, con su pelo largo tirado hacia atrás y sujetado por una gomita, será lo mejor que hayas visto.  
Llegará el momento en que serás tú el que le dirá a tu madre: “No más cortes de pelo”.
Vives tu vida afuera, con una pelota en los pies. A la manera sudamericana. No conoces otra cosa. Y además, ¿qué hay para hacer adentro? Nada divertido. Nada interesante. No hay PlayStation. No hay televisor grande. Ni siquiera tienes para darte una ducha caliente.  Tampoco hay calefacción. En invierno, tu sistema de calefacción serán cuatro frazadas. Cuando necesites darte un baño, tendrás un termo con agua que calentarás en la cocina a querosén. Es muy importante entender cómo combinar el agua fría y la caliente. Parado en la bañera, aprenderás a ser un alquimista.  
Y sin embargo, esto para ti será un lujo. ¿O acaso no te acuerdas de tu primera casa? La que no tenía baño. Esa casa en la que cada vez que tenías que hacer tus necesidades, ¡no te quedaba otra que caminar afuera e ir al pequeño cobertizo!
¿Me dejas contarte un secreto? Cuando ahora recuerdo aquella imagen, no me siento para nada mal. Por algún motivo, me llena de energía. Me da coraje. Es un lindo recuerdo.
No te preocupes por lo que tienes en la casa. Tienes que seguir viviendo tu vida al sol, Pelado.
Además, ¿cuál es el motivo de tener posters de fútbol pegados en la pared? Cada dos o tres años, cuando cambien de trabajo o tu familia no pueda pagar el alquiler, tendrás que mudarte a otro lado. ¿Pero sabes qué es lo mejor? Que en cada nueva casa, sin importar dónde esté ubicada, siempre tendrás un campito afuera. Y también habrá una pelota. No hay propietario en el mundo que te vaya a poder quitar eso, te lo garantizo.
Lo que más importa en tu vida en este momento, si mal no recuerdo, es el Gol del Helado.
El Gol del Helado es algo mágico. Necesito hablar con alguien del PSG sobre el Gol del Helado. Es genial. Es motivación pura. La idea fue de los organizadores del campeonato juvenil de Salto. ¿Cómo se hace para tener motivados a un montón de gurises de seis años sin importar cómo vaya el partido?  
Poniendo la regla de que el chico que haga el último gol del partido se lleva un helado.  
El resultado podía estar 8-1, pero no importaba. Era una carrera contra el tiempo. Marcar el último gol del partido. Y la sensación al escuchar al técnico que hacía sonar el silbato para marcar el final, cuando habías metido el Gol del Helado… ¡increíble! Una alegría inmensa. ¿Será de chocolate? ¿Te van a dar uno de esos de Mickey Mouse? Sea el que sea, durante todo ese día, serás el rey.
Por supuesto que tú no eres un niño de la capital, Pelado. Los chicos de Montevideo viven en un mundo distinto. Un mundo que tú ni siquiera sabes que existe. Un mundo de botines Adidas, de viajes en auto y de pasto verde. En Salto, todo es diferente. Por algún motivo, todos quieren jugar descalzos. Algunos niños empiezan los partidos con calzado, pero después, en el medio tiempo, todos los botines están apilados en un costado y todos estarán corriendo descalzos. Si cierro los ojos ahora mismo, todavía puedo sentir el barro en la planta de los pies. Todavía puedo sentir a mi corazón latiendo, persiguiendo  la pelota, soñando con el helado.
Llevarás estos sentimientos contigo durante toda tu vida, porque eres sudamericano. De Uruguay. De Salto. Vives el fútbol de una manera diferente.
La bendición y la maldición para los uruguayos es que nunca nos podemos relajar. Es la historia de nuestro fútbol, es la historia de nuestro país. Cuando nos ponemos la celeste, sentimos el orgullo de nuestra historia.
Tenemos que ir por todas, dale, dale, dale. Y allá vamos.
¿Cuáles son tus sueños, Pelado?
Ni siquiera los recuerdo con exactitud. El tiempo los transformó en recuerdos difusos.
¿Tu sueño es jugar en Montevideo, como Nando? Lo conseguirás, y cuando lo hagas, se sentirá como si estuvieras jugando la Champions League.
¿Tu sueño es jugar en Europa? También lo conseguirás, y harás suficiente dinero para cambiarle la vida a tu familia.
¿Tu sueño es jugar para Uruguay? Lo harás, y tendrás experiencias que te harán llorar de alegría y también de tristeza.
¿Tu sueño es jugar un Mundial? (No te voy a arruinar la sorpresa. Solamente te diré que el año 2010 será El Loco).
¿Tu sueño es tener mucha plata, manejar lindos autos y dormir en hoteles elegantes? Bueno, Pelado, tendrás todas esas cosas.
Pero tengo que decirte algo. No necesariamente te harán feliz.  
Lo que tienes ahora, con 9 años de edad, es algo que ahora extraño muchísimo.  
No tienes una ducha caliente. No tienes un peso en el bolsillo. Ni siquiera tienes un buen pelo. Pero tienes algo más. Algo que no tiene precio. Tienes tu libertad.
Como niño, vives tu vida con una intensidad y una pasión que será imposible como adulto. Tratamos de aferrarnos a esa sensación cuando vamos creciendo, pero empieza a irse. Se nos escurre entre las manos. Hay demasiadas responsabilidades. Demasiada presión. Demasiada vida vivida adentro.
¿Sabes cómo es la vida ahora, a los 31 años de edad?
Vas de un hotel a un bus y de ahí a un campo de entrenamiento. Después del campo de entrenamiento a un bus y a un avión. Del avión vas a otro bus. De ese bus vas a un estadio.
En muchos aspectos, estás viviendo en un sueño. Pero en muchos otros, también eres prisionero de ese sueño. No se puede ir afuera y sentir el sol. No te puedes quitar los botines y jugar en la tierra. Sucederán cosas que harán tu vida complicada. Es inevitable.
Cuando eres un niño, tienes esta sensación de que la persona más exitosa es la que tiene más cosas.
Cuando creces, te das cuenta que la persona más exitosa es la que tiene la sabiduría para vivir la vida.
Cuando lo logres en el fútbol profesional, tendrás todo con lo que puedas soñar. Y por esto tendrás que ser extremadamente agradecido. Pero tengo que ser honesto contigo, Pelado. Hay sólo un lugar en el que podrás tener esa libertad total. Y dura 90 minutos, si tienes suerte.
Cuando te pones los botines, sin importar si estás jugando en el campito de Salto, en el pasto verde de Napoli o frente a millones de personas en un Mundial… quiero recordarte las palabras de tu padre.
¿Qué te dice siempre, cada vez que vas a jugar un partido?
Yo sé que tú lo sabes.
Te dice: “En el momento en que cruzas la línea de cal y entras al campo, solamente es fútbol. Nada de lo que pasa afuera de esa raya te ayudará con lo que pasa adentro. Nada más existe.”
Si escuchas esas palabras y realmente crees en el espíritu de lo que dicen, entonces, aunque la presión sea inmensa, aunque estés jugando frente a millones de personas… saldrás a la cancha y te sentirás como si estuvieras jugando descalzo.  
Sentirás el barro pegado en la planta de tus pies.
Sentirás a tu corazón latiendo y correrás buscando la pelota, como si fuera el trofeo más grande del mundo. Como si estuvieras jugando por el helado.
Sinceramente,
Edi

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Caro Edinson de 9 anos,
Eu escrevo estas linhas para o garoto que, no bairro, todos chamam de ‘Pelado’ [Careca].
Quando você era bebê, não tinha muito cabelo. Cresceu pouco a pouco. Uma merda! Não havia muito o que você pudesse fazer a respeito. Então, graças à criatividade de sua família, você sempre foi o ‘Pelado’.
Bem, fico feliz em dizer que, nos próximos 20 anos, o futebol vai mudar a sua vida de muitas maneiras. Algumas muito boas, outras nem tanto. O futebol vai ajudar você a se livrar daquele apelido. Existe um cara chamado Gabriel Batistuta. Você ainda não sabe, porque o único programa que você tem paciência para assistir na TV é Tom & Jerry. Seu irmão mais velho, Nando, será o primeiro a ser inspirado por Batistuta. Ele vai começar a se recusar a ir ao cabeleireiro. E usar o condicionador da sua mãe. E pouco a pouco, ele começará a se parecer com o magnífico Batigol. Quando ele está correndo em um campo de futebol, com seu cabelo comprido puxado para trás e segurado por um elástico, será a coisa mais 'cool' que você já viu.
Chegará a hora em que você dirá à sua mãe: “Sem mais cortes de cabelo”.
Você vive a sua vida lá fora, com uma bola nos pés. Do jeito sul-americano. Você não sabe fazer diferente. E também, o que há para fazer dentro? Nada divertido, nada interessante. Não há PlayStation. Não há TV grande. Você não tem nem chuveiro quente. Não há aquecimento também. No inverno, seu sistema de aquecimento é feito por quatro cobertores. Quando você precisa tomar um banho, você tem uma garrafa térmica com água que você aquece na cozinha com querosene. É muito importante entender como combinar água fria e quente. De pé na banheira, você aprende a ser um alquimista.
E, no entanto, isso será um luxo para você. Ou você não se lembra da sua primeira casa? Aquela que não tinha banheiro. Aquela casa onde toda vez que você tinha que se aliviar, você não tinha escolha senão sair e ir para a pequena cabana!
Você pode me deixar te contar um segredo? Quando me lembro dessa imagem agora, não me sinto mal. Por alguma razão, isso me enche de energia. Isso me dá coragem. É uma linda lembrança.
Não se preocupe com o que você tem na casa. Você tem que continuar vivendo sua vida ao sol, Pelado.
Além disso, qual é a razão para ter cartazes de futebol presos na parede? A cada dois ou três anos, quando você muda de emprego ou sua família não pode pagar o aluguel, você tem que se mudar para outro lugar. Mas você sabe o que é melhor? Que em cada casa nova, não importa onde esteja localizada, você sempre tem um pequeno campo do lado de fora. E também há uma bola. Não há locatário no mundo que possa tirar isso de você.
O que mais importa em sua vida neste momento, se bem me lembro, é o Gol do Sorvete.
O Gol do Sorvete é algo mágico. Eu preciso falar com alguém do PSG sobre o Gol do Sorvete. É genial. É pura motivação. A ideia era para os organizadores do campeonato juvenil de Salto. Como você motiva um bando de guris de 6 anos?
Colocando a regra de que o garoto que faz o último gol do jogo toma um sorvete.
O resultado poderia ser 8-1, mas isso não importa. É uma corrida contra o tempo. Marque o último gol do jogo. E a sensação ao ouvir o técnico que tocou o apito para marcar o final, quando você fez o Gol do Sorvete… incrível! Uma imensa alegria. Será chocolate? Você vai pegar um desses do Mickey Mouse? Seja o que for, ao longo desse dia, você é o rei.
Claro que você não é um garoto da capital, Pelado. Os meninos de Montevidéu vivem em um mundo diferente. Um mundo que você nem conhece. Um mundo de chuteiras Adidas, viagens de carro e grama verde. Em Salto, tudo é diferente. Por alguma razão, todo mundo quer jogar descalço. Algumas crianças começam os jogos com chuteiras, mas depois, no intervalo, todas as chuteiras estão empilhadas de um lado e todo mundo corre descalço. Se eu fechar meus olhos agora, ainda posso sentir a lama nas solas dos meus pés. Ainda sinto meu coração batendo, correndo atrás da bola, sonhando com sorvete.
Você carregará esses sentimentos com você por toda a sua vida, porque você é sul-americano. Você é do Uruguai. Você é de Salto. Você vive o futebol de uma maneira diferente.
A bênção e a maldição para os uruguaios é que nunca podemos relaxar. É a história do nosso futebol, é a história do nosso país. Quando colocamos o azul, sentimos o orgulho da nossa história. Temos de seguir adiante. E você vai.
Quais são seus sonhos, Pelado? Eu nem me lembro deles exatamente. O tempo os transformou em memórias difusas.
O seu sonho é jogar em Montevidéu, como Nando? Você vai conseguir, e quando fizer isso, vai sentir que está jogando na Liga dos Campeões.
O seu sonho é jogar na Europa? Você vai fazer isso e ganhará dinheiro suficiente para mudar a vida de sua família.
O seu sonho é jogar pelo Uruguai? Você fará isso e terá experiências que o farão chorar de alegria e também de tristeza.
O seu sonho é jogar uma Copa do Mundo? (Eu não vou estragar a surpresa, vou dizer que 2010 será El Loco).
Seu sonho é ter muito dinheiro, dirigir bons carros e dormir em hotéis elegantes? Bem, Pelado, você terá todas essas coisas. Mas eu tenho que te dizer uma coisa. Elas não necessariamente farão você feliz.
O que você tem agora, com 9 anos de idade, é algo de que eu sinto muita falta agora. Você não tem um banho quente. Você não tem um dólar no seu bolso. Você nem tem um bom cabelo. Mas você tem outra coisa. Algo que não tem preço. Você tem sua liberdade.
Quando criança, você vive sua vida com uma intensidade e uma paixão que são impossíveis quando adulto. Tentamos nos apegar a esse sentimento quando crescemos, mas ele começa a desaparecer. Ele escorrega pelas nossas mãos. Existem muitas responsabilidades. Muita pressão. Muita vida a ser vivida interiormente.
Você sabe como é a vida agora, aos 31 anos de idade?
Você vai de um hotel para um ônibus e de lá para um campo de treinamento. Depois do campo de treinamento para um ônibus e um avião. Do avião você vai para outro ônibus. Do ônibus você vai para um estádio.
Em muitos aspectos, você está vivendo um sonho. Mas em muitos outros, você também é prisioneiro desse sonho. Você não pode sair e sentir o sol. Você não pode tirar as chuteiras e jogar descalço. As coisas vão acontecer de modo a tornar sua vida muito complicada. É inevitável.
Quando você é criança, você tem a sensação de que a pessoa mais bem-sucedida é aquela que tem mais coisas. Quando você cresce, percebe que a pessoa mais bem-sucedida é aquela que tem a sabedoria de viver a vida.
Quando você conseguir isso no futebol profissional, você terá tudo com que pode sonhar. E para isso você terá que ser extremamente grato. Mas tenho que ser honesto com você, Pelado. Existe apenas um lugar onde você pode ter essa liberdade total. E dura 90 minutos, se você tiver sorte.
Quando você coloca suas chuteiras, não importa se você está jogando na terra em Salto, na grama verde de Nápoles ou na frente de milhões de pessoas em uma Copa do Mundo…Eu quero lembrá-lo das palavras do seu pai.
O que ele sempre te diz, toda vez que você vai jogar?
Eu sei que você sabe disso.
Ele diz: “No momento em que você cruza a linha de cal e entra no campo, é apenas futebol. Nada que acontece fora dessa linha irá ajudá-lo com o que se passa dentro de você. Nada mais existe”.
Se você ouvir essas palavras e realmente acreditar no espírito delas, então, mesmo que a pressão seja imensa, mesmo que você esteja jogando em frente de milhões de pessoas… você sairá do campo e sentirá que está jogando descalço.
Você vai sentir a lama presa nas solas dos seus pés.
Você sentirá seu coração batendo e correrá procurando a bola, como se fosse o maior troféu do mundo. Como se estivesse jogando por sorvete.
Sinceramente,
Edi