Dizia Aristófenes que 'a juventude envelhece, a imaturidade é superada, a ignorância pode ser educada e a embriaguez passa, mas a estupidez dura para sempre'. Pois então, lembrei disso, hoje, ao ouvir a argentina Mercedes Sosa: 'Anõs - el tiempo pasa'. Aristófanes bem sabia do que falava. A estupidez é, de fato, um fardo à pertinência das coisas. Cansa, e ela própria nunca descansa. E que interessante: de certo modo, na revelação desta realidade, se encontram a canção (e pode-se dizer a obra) de Mercedes de Sosa e o pensamento de Aristófanes. Então vale relembrar Mercedes, com um pequeno texto do escritor Rodolfo Baceli e com a música (em companhia de Pablo Milanés).
La Mañana (Disponível em http://www.continental.com.ar/)
Rodolfo Braceli recuerda a Mercedes Sosa en su juventud: “era una mujercita
muy coqueta, sensual, y terminaba cantando en todas las reuniones”
En La
Mañana, el periodista y escritor resaltó "el compromiso de Mercedes con lo
social, pero también con la poesía, con la música y con la diversidad, de la
que algunos hablan ahora y no la permitieron durante años", y sobre
"la democracia y la ecología".
Por Continental, el escritor y periodista Rodolfo Braceli recordó a
Mercedes Sosa en sus años de juventud en Mendoza, donde la mítica cantante
tucumana inició su carrera artística.
“Nuestra relación
comenzó a fines de 1958, en Mendoza. La Negra recién se casaba con Oscar Matus
y era iluminada por dos embarazos: el de su hijo Fabián y el del nuevo
cancionero, con Tejada Gómez, Tito Francia, Oscar Matus. En aquellos años
rompió el cascarón y se hizo artista y ya se proyectó en un lugar (en la
provincia cuyana) en el que estaban gente como (el gran escritor) Antonio Di
Benedetto; (el historietista Joaquín Lavado) Quino, que ya se había ido; (el
pintor) Carlos Alonso, Armando Tejada Gómez”.
En La Mañana, la
recordó en aquellos años como “una mujercita muy coqueta, sensual, cinturita de
avispa y todas las reuniones terminaban con la Negra cantando. Compartimos las
comidas hechas en casa”.
Sobre su biografía
de Mercedes Sosa, realizada a partir de conversaciones mano a mano, rememoró:
“los dos terminábamos casi diciendo a dúo ‘estábamos todos, éramos felices y no
nos dábamos cuenta’”.
“Normalmente se
habla del compromiso de Mercedes con lo social, pero también está el compromiso
de Mercedes con la poesía, con la calidad de las letras, con lo musical, con la
diversidad, de la que algunos hablan ahora y no la permitieron durante años”,
señaló.
En este sentido,
enfatizó “su compromiso muy fuerte con la democracia y con la ecología. En la
última conversación que tuvimos, hará como dos meses y medio, me llamó porque
coincidimos en una cuestión del himno. Hace como dos años dije que los
argentinos debíamos ser un poco más modestos en cuanto al himno y dejarnos de
‘o juremos con gloria morir’, y tratemos de modificar la última línea a ‘o
juremos con dignidad vivir’, y Mercedes, en su última versión del himno,
precisamente en la última línea le añadió ‘o juremos con gloria vivir’”.
Sobre esa última
charla con su vieja amiga, rescató que “estaba la Mercedes de siempre, hablando
de las comidas, de sus dolores, de su próximo disco y de la democracia, esta
democracia que no termina de atisbarse, tan manoseada con tantas zancadillas,
con tanta impaciencia, con tanto cacerolazo por motivos que atañen al dios del
bolsillo. Y también hablamos de ecología, que a ella le producía preocupación,
sobre todo en el caso de la Argentina, donde la palabra ha sido casi una cosa
de moda y vivimos en un país arrasado por la devastación de la soja y esa
especie de convertibilidad de la agricultura que la estamos pagando y la vamos
a pagar”, concluyó Braceli.
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