Já foi dito que determinadas instabilidades pessoais decorrem, e muito, da dificuldade de se captar as implicações requeridas pela vivência em sociedade. Os 'parâmetros de convivência', os pactos tácitos, a palavra pensada (à espreita do momento mais apropriado para ser falada), as 'interações simbólicas', etc. A ciência social, empiricamente referenciada, tem sido fértil em mostrar como a entabulação do "bem conviver cotidiano" tem relação direta com a apreensão do que isso significa. O foco sobre esse tema esteve presente desde o nascimento da ciência social. Em nosso meio, a esse respeito, é exemplar um livro organizado no contexto da escola sociológica impulsionada por Florestan Fernandes - Homem e Sociedade, tendo Octavio Ianni como um dos seus organizadores (publicado pela Companhia Editora Nacional). Por outro lado, no contexto internacional, o alemão Ferdinand Tönnies aportou significativos contributos à discussão. Aí abaixo, está uma reflexão sua a respeito da relação comunidade e sociedade.
De la comunidad a la sociedad
Ferdinand
Tönnies
Orden.
Derecho. Costumbres
Existe un
contraste entre un orden social que -basándose en el consenso de las
voluntades- descansa en la armonía y se desarrolla y ennoblece mediante las
tradiciones, las costumbres y la religión, y un orden que -basándose en la
unión de voluntades racionales-descansa sobre convenios y acuerdos, es
protegido por la legislación política y encuentra su justificación ideológica
en la opinión pública.
Hay, además, en
el primer caso, un sistema común y obligatorio de derecho positivo, de normas
imponibles, que regulan las relaciones entre las voluntades. Tiene sus raíces
en la vida de familia y se basa en la propiedad de la tierra. En lo esencial
determina sus formas el código de tradiciones y costumbres. La religión
consagra y glorifica esas formas de la voluntad divina, es decir, interpretadas
por la voluntad de sabios y gobernantes. Este sistema de normas está en
contraste directo con el derecho positivo análogo que sostiene la identidad
independiente de las voluntades racionales individuales en todas sus intervenciones
y complicaciones. El segundo procede del orden convencional del comercio y
demás relaciones análogas, pero sólo alcanza validez y fuerza obligatoria
mediante la voluntad y el poder soberanos del Estado. Así, se convierte en uno
de los instrumentos de política más importantes; sostiene, impide o fomenta las
tendencias sociales; es defendido o rebatido públicamente por doctrinas y
opiniones y se modifica por ese medio, haciéndose más estricto o más
indulgente.
Existe, además,
el concepto dual de la moral como un sistema puramente ideal o mental de normas
para la vida de la comunidad. En el primer caso, es principalmente expresión y
órgano de creencias y fuerzas religiosas, entrelazadas por necesidad con las
condiciones y realidades del espíritu de familia y las tradiciones y
costumbres. En el segundo caso, es íntegramente producto e instrumento de la
opinión pública, que abarca todas las relaciones resultantes de la sociabilidad
contractual, de los contactos y de los propósitos políticos.
Disolución
La esencia del
cuerpo social y de la voluntad social consiste en armonía, tradiciones,
costumbres y religión, cuyas formas múltiples se desarrollan en condiciones
favorables mientras viven. Así, cada individuo recibe su parte de ese centro
común, que se manifiesta en su propia esfera, es decir, en su sentimiento, en
su mente y su corazón, y en su conciencia, tanto como en su medio ambiente, sus
posesiones y actividades. Esto puede decirse también de cada grupo. En ese
centro tiene sus raíces la fuerza del individuo, y sus derechos nacen, en
última instancia, del único derecho originario que en su carácter divino y
natural lo abarca y lo sostiene, lo mismo que lo hizo y lo impulsará. Pero en
determinadas circunstancias y en ciertas relaciones, el hombre se manifiesta
como un agente libre (persona) en sus actividades autodeterminadas, y hay que
concebirlo como una persona independiente. La esencia del espíritu común se ha
debilitado tanto, o es tan tenue el vínculo que lo une con los otros, que hay
que excluirlo de toda consideración. En contraste con las relaciones familiares
y cooperativas, esto vale para todas las relaciones entre individuos
independientes cuando no hay un entendimiento común ni la costumbre o la
creencia consagrada por el tiempo crean un vínculo común. Esto significa guerra
y libertad ilimitada de cada uno para destruir y someter a los demás, o, si
advierte en ello una posible ventaja mayor, para concertar acuerdos y fomentar
vínculos nuevos. En la medida en que existe esa relación entre grupos o
comunidades cerradas o entre sus individuos, o entre los individuos
pertenecientes y los no pertenecientes a una comunidad, no cae dentro del
alcance de este estudio. En este respecto, vemos una organización de la
comunidad y unas condiciones sociales en que los individuos permanecen aislados
y en velada hostilidad entre sí, de suerte que sólo el temor a una represalia
eficaz les hace abstenerse de atacarse unos a otros, y, en consecuencia, aun
las relaciones pacificas y de vecindad se basan realmente en una situación de
guerra. Éste es, según nuestros conceptos, el estado de civilización de la Gesellschait, en
la que la paz y el comercio se mantienen mediante convenios y el miedo mutuo
subyacente. El Estado protege esta civilización con la legislación y la
política. Hasta cierto punto la ciencia y la opinión pública, al tratar de
concebirla como necesaria y eterna, la glorifican como progreso hacia la
perfección.
Pero en la
organización y el orden de la Gemeinschaft perduran la vida
y la cultura populares. El Estado, que representa y encarna laGesellschait, se
opone a ellas con odio y desprecio velados, tanto más cuanto más se ha alejado
de ellas y se ha hecho extraño a esas formas de vida de la comunidad. Así,
también en la vida social e histórica de la humanidad hay en parte
interrelación estrecha, en parte yuxtaposición y oposición de la voluntad
natural y de la racional.
Pueblo y Estado
Del mismo modo
que la voluntad natural del individuo se convierte en pensamiento puro y
voluntad racional, que tienden a anular y a subyugar a sus predecesores, las
formas colectivas originarias de Gemeinschaft se convirtieron
en Gesellschaft y en la voluntad racional de laGesellschaft, En
el transcurso de la historia, la cultura popular dio origen a la civilización
del Estado.
Los rasgos
principales de ese proceso pueden describirse del modo siguiente. La masa
anónima del pueblo es la fuerza originaria y predominante que crea las casas,
las aldeas y las ciudades del país. También proceden de ella los poderosos y
autodeterminados individuos de tipos muy diferentes: príncipes, señores
feudales, caballeros, así como sacerdotes, artistas, sabios. En la medida en
que su situación económica está determinada por el pueblo en general, todo su
poder social está condicionado por la voluntad y la fuerza del pueblo. Su unión
en escala nacional, que es lo único que puede hacerles predominar como grupo
depende de condiciones económicas. y su poder real y esencial es poder
económico, que los comerciantes consiguen antes que ellos, con ellos y en parte
contra ellos, mediante el dominio sobre la fuerza de trabajo de la nación. Ese
poder económico es adquirido de muchas maneras, la más alta de las cuales es la
producción capitalista planificada o la industria en gran escala. A través de
los comerciantes se crean las condiciones técnicas para la unión nacional de
individuos independientes y para la producción capitalista. Esta clase
mercantil es por naturaleza, y casi también por origen, tan internacional como
nacional y urbana, es decir, pertenece a la Gesellschaft, no a
la Gemeinschaft. Más tarde todos los grupos y dignatarios
sociales, y, por lo menos en tendencia, todo el pueblo, adquieren las
características de la Gesellschaft.
Los hombres
cambian de temperamento según el lugar y las condiciones de su vida diaria, que
llega a ser apresurada y variable a través de un esfuerzo incesante.
Simultáneamente, al lado de esta revolución del orden social, tiene lugar un cambio
gradual del derecho, tanto en el sentido como en la forma. El contrato en
cuanto tal se convierte en la base de todo el sistema, y la voluntad racional
de laGesellschaft formada por sus intereses, se combina con la
voluntad autoritaria del Estado para crear, mantener y modificar el sistema
jurídico. De acuerdo con esta concepción, el derecho puede cambiar por completo
la Gesellschaft según su discriminación y finalidad; cambios
que, sin embargo, serán en interés de la Gesellschaft, favoreciendo
la utilidad y la eficacia. El Estado se libra cada vez más de las tradiciones y
las costumbres del pasado y de la creencia en la importancia de las mismas.
Así, las formas del derecho pasan de ser un producto de las tradiciones y las
costumbres populares, y de ser derecho consuetudinario, a ser un derecho
puramente legalista, producto de la política. El Estado, sus departamentos y
los individuos son los únicos agentes que perduran, en vez de las numerosas y
diversas asociaciones, comunidades y repúblicas que se desarrollaron
orgánicamente. Los caracteres del pueblo, que fueron influidos y determinados
por las instituciones previamente existentes, sufren nuevos cambios para
adaptarse a las nuevas y arbitrarias construcciones jurídicas. Aquellas instituciones
anteriores pierden la firme vigencia que les dieron las tradiciones, las
costumbres y el convencimiento de que eran infalibles.
Finalmente, como
consecuencia de los cambios y a su vez como una reacción contra ellos, se
verifica una inversión completa de la vida intelectual. Arraigada
originariamente por completo en la imaginación, ahora depende del pensamiento.
Anteriormente todo se centraba en torno de la creencia en seres invisibles,
espíritus y dioses; ahora todo se enfoca sobre el conocimiento de la naturaleza
visible. La religión, que tiene sus raíces en la vida del pueblo, o por lo
menos está estrechamente relacionada con ella, cede la supremacía a la ciencia,
que se deriva de la conciencia y corresponde a ésta. Esa conciencia es un producto
del saber y la cultura y, en consecuencia, está muy lejos del pueblo. La
religión tiene un contacto inmediato y es de carácter moral porque se relaciona
muy profundamente con el vínculo físico-espiritual que une a las generaciones
humanas. La ciencia recibe su sentido moral sólo de la observación de las leyes
de la vida social, que conduce a formular reglas para un orden arbitrario y
razonable de la organización social. La actitud intelectual de los individuos
es cada vez menos influida por la religión y cada vez más por la ciencia.
Utilizaremos los resultados acumulados por las investigaciones de la
industriosa generación anterior, para descubrir Los enormes contrastes que
entrañan los polos opuestos de esta dicotomía y las fluctuaciones dichas. Mas, para
esta exposición, pueden bastar las observaciones siguientes, destinadas a
esbozar los principios básicos.
Tipos
de vida real de la comunidad
Las formas
externas de vida de la comunidad representadas por la voluntad natural y la Gemeinschaft se
diferenciaron en casa, aldea y villa. Éstos son los tipos duraderos de vida
real e histórica. En una Gesellschait desarrollada, como en
las etapas primeras e intermedias, la gente vive agrupada de esas diferentes
maneras. La villa es la forma más alta, es decir, más complicada, de vida
social. Su carácter local, común con el de la aldea, contrasta con el carácter
familiar de la casa. Aldea y villa conservan muchas características de la
familia, más aquella que ésta. Sólo cuando la villa llega a ser ciudad se pierden
casi por completo esas características. Los individuos o las familias son
entidades independientes, y su localización común no es más que un lugar
elegido accidental o deliberadamente para residir. Pero mientras la villa sigue
viviendo en la ciudad, perduran en la Gesellschaft elementos
de la vida de la Gemeinschaft, como la única forma real de
vida, aunque van retrasándose y decayendo. Por otra parte, cuanto más se
generaliza el estado de Gesellschaft en una nación o un grupo
de naciones, más empiezan a parecerse a una gran ciudad todo el
"país" o todo el "mundo". Pero en la ciudad, y por lo tanto
donde prevalecen las condiciones generales características de la Gesellschaft, únicamente
los estratos superiores, es decir, los ricos y los adultos, están verdaderamente
activos y vivos. Ellos son los que fijan las normas a que tienen que ajustarse
los estratos inferiores. Las clases inferiores se ajustan en parte para
desplazar a las otras, en parte por imitarlas, a fin de conseguir para sí
mismas poder e independencia sociales. Forman la ciudad, para ambos grupos
(como en el caso de la "nación" y el "mundo"), personas
libres que están en contacto unas con otras, hacen intercambios entre sí y
cooperan sin que además se desarrolle entre ellas ninguna Gemeinschaft ni
voluntad, salvo la que pueda producirse esporádicamente, o sea un residuo de
las condiciones anteriores. Por el contrario, los numerosos contactos externos,
los contratos y las relaciones contractuales no hacen más que encubrir otras
tantas hostilidades internas e intereses antagónicos. Esto es particularmente
cierto del antagonismo entre la clase rica o la llamada culta y la clase pobre
o sirviente, que tratan de atajarse o destruirse mutuamente. Es este contraste
el que, según Platón, da a la "ciudad" su carácter dual y la divide.
Según nuestro concepto, esto mismo es lo que constituye la ciudad, pero el
mismo contraste se manifiesta igualmente en toda relación en gran escala entre
capital y trabajo. La vida común de la villa perdura dentro de la Gemeinschaft de
la familia y de la vida rural; se consagra a algunas actividades rurales, pero
se interesa especialmente por las artes y los oficios que nacen de las
necesidades y los hábitos naturales. Pero la vida de ciudad se diferencia
radicalmente de eso; esas actividades fundamentales se usan sólo como medios e
instrumentos para los fines especiales de la ciudad.
La ciudad es
típica de la Gesellschaft en general. Es esencialmente un
centro comercial y, en la medida en que el comercio domina su trabajo productivo,
un centro fabril. Su riqueza es riqueza de capital que se emplea y multiplica
en forma de comercio, usura o capital industrial. El capital es el medio para
la apropiación de los productos del trabajo o para la explotación de los
trabajadores. La ciudad es también el centro de la ciencia y la cultura, que
siempre van a la par con el comercio y la industria. Allí las artes tienen que
ser un modo de vida; son explotadas de un modo capitalista. Las ideas se
divulgan y cambian con rapidez asombrosa. Mediante la distribución en masa, los
discursos y los libros se convíerten en estímulos de extraordinaria
importancia.
Contrapartida
de la Gemeinschaft
La vida de
familia es la base general de la vida en la Gemeinschaft. Subsiste
en la vida de la aldea y de la villa. La comunidad aldeana y la villa pueden
considerarse familias grandes, representando los diferentes clanes y linajes
los organismos elementales de su cuerpo; las guildas, las corporaciones y las
ocupaciones, los tejidos y órganos de la villa. Aquí, el parentesco originario
y la posición heredada siguen siendo una condición esencial, o por lo menos
sumamente importante, para participar plenamente de la propiedad común y de
otros derechos. Los extraños son admitidos y protegidos como sirvientes o como
visitantes. ya temporalmente o bien de manera permanente. Así, pueden
pertenecer a la Gemeinschaft como objetos, pero no fácilmente
como agentes y representantes de la Gemeinschaft... En
circunstancias especiales, todas esas relaciones pueden convertirse en mero
intercambio interesado y revocable entre partes contratantes independientes. En
la ciudad ese cambio, por lo menos en lo que respecta a todas las relaciones de
servidumbre, es natural y se generaliza cada vez más a medida que aquélla
crece. La diferencia entre naturales y extranjeros pierde importancia. Cada uno
es lo que es, mediante su libertad personal, mediante su riqueza y sus
contratos. Es un servidor sólo en la medida en que haya prestado algunos
servicios a otro, y amo en la medida en que recibe servicios análogos. La
riqueza es, ciertamente, la única característica diferenciadora efectiva y
originaria; mientras que en laGemeinschaft se considera a la
propiedad como participación en la propiedad común, y en cuanto concepto
jurídico específico es totalmente consecuencia de la libertad o la inventiva,
ya sea originaria o adquirida. Por lo tanto, la riqueza, en la medida en que es
posible, corresponde al grado de libertad que se posee.
En la ciudad… la
vida de familia está en decadencia. Cuanto más prevalece y más dura, más
adquieren los residuos de vida familiar un carácter puramente accidental.
Porque hay pocos que limitan sus energías a un circulo tan estrecho: todos son
atraídos hacia afuera por negocios, intereses y placeres, y así se separan unos
de otros. Los grandes y poderosos, sintiéndose libres e independientes, han
sentido siempre fuerte inclinación a romper las barreras de las tradiciones y
las costumbres. Saben que pueden hacer lo que les acomode. Tienen poder para
producir cambios en su favor, y esto es prueba positiva de poder arbitrario
individual. El mecanismo del dinero. en circunstancias habituales y si funciona
a alta presión, es un medio para vencer toda resistencia, para obtener todo lo
que se necesita y se desea, para eliminar todos los peligros y para curar todos
los males. Pero no siempre es así. Aun cuando se eliminen todos los controles
de la Gemeinschaft, hay, no obstante, controles en la Gesellschaft (en
el sentido más estricto) a que están sometidos los individuos libres e
independientes. Pues en laGesellschaft (en el sentido más estricto)
el convenio toma en gran parte el lugar de las tradiciones, las costumbres y la
religión. Prohíbe muchas cosas por dañinas al interés común que las
tradiciones, las costumbres y la religión condenaban por malas en y por sí
mismas.
La voluntad del
Estado desempeña el mismo papel mediante los tribunales y la policía, aunque
dentro de límites más estrechos. Las leyes del Estado se aplican por igual a
todo el mundo; sólo se considera irresponsables ante ellas a los niños y los
locos. Las convenciones conservan por lo menos la apariencia de la moral; se
relacionan aun con las tradiciones, las costumbres y el sentimiento religioso y
estético, aunque ese sentimiento tiende a hacerse arbitrario y formal. Al
Estado apenas si le interesa la moral. Sólo tiene que reprimir y castigar las
acciones hostiles que son dañinas para el bienestar común o manifiestamente
peligrosas para él y para la sociedad. Porque, ya que el Estado tiene que
administrar la prosperidad común, debe poder definirla como mejor le parezca.
Al fin probablemente advertirá que ningún aumento del saber y de la cultura
puede por si solo hacer mejor al pueblo, menos egoísta y más contento, y que
tradiciones, costumbres y religiones muertas no pueden ser resucitadas por la
coacción y la enseñanza. El Estado llegará, pues, a la conclusión de que a fin
de crear fuerzas morales y seres morales tiene que preparar el terreno y llenar
las condiciones necesarias, o por lo menos tiene que eliminar las fuerzas
contrarias. El Estado, como razón de la Gesellschaft, decidiría
destruirla o por lo menos reformarla o renovarla. El éxito de tales intentos es
muy improbable.
El
verdadero Estado
La opinión
pública, que somete la moral de la Gesellschaft a reglas y
fórmulas y puede elevarse por encima del Estado, tiene, no obstante, decididas
tendencias a apremiar al Estado a fin de que use su poder irresistible para
obligar a todo el mundo a hacer lo que es útil y a no hacer lo que es dañoso.
La ampliación del código penal y del poder policiaco parecen los medios
adecuados para dominar los malos impulsos de las masas. La opinión pública pasa
fácilmente de exigir libertad (para las clases superiores) a exigir despotismo
(contra las clases inferiores). Los expedientes provisionales, las
transacciones, ejercen poca influencia sobre las masas. En su busca de placeres
y diversiones, sólo son limitadas por la escasez de los medios que el capitalista
les proporciona como precio de su trabajo, situación que es tan general como
natural en un mundo en que los intereses de los capitalistas y los comerciantes
prevén todas las necesidades posibles y en competencia mutua incitan a los más
diversos gastos de dinero. Sólo por el miedo a ser descubierto y castigado, es
decir, por miedo al Estado, un grupo grande y especial, que comprende mucha más
gente que los delincuentes profesionales, se reprime el deseo de conseguir la
llave para todos los placeres necesarios e innecesarios. El Estado es su
enemigo. Para ellos, el Estado es un poder extraño y enemigo; aunque
manifiestamente autorizado por ellos, y aunque es encarnación de su propia
voluntad, es contrario, sin embargo, a todas sus necesidades y deseos,
protegiendo una propiedad que ellos no poseen, obligándolos a prestar el
servicio militar a un país que les ofrece hogar y altar únicamente en forma de
una habitación caldeada en el último piso, o les da, por suelo natal, las
calles de una ciudad en qué contemplar el brillo y el lujo de escaparates
iluminados que están para siempre fuera de su alcance. Su propia vida no es
otra cosa que una constante alternativa entre trabajo y ocio, falseados ambos
en la rutina de la fábrica y el bajo placer de las tabernas. La vida de ciudad
y la Gesellschaft empujan a la gente común a la decadencia y
la muerte; lucha en vano por adquirir poder mediante su multitud, y le parece
que sólo puede emplear su fuerza en una revolución si quiere librarse de su
destino. Las masas adquieren conciencia de esta situación social mediante la
educación que reciben en las escuelas y los periódicos. Pasan de la conciencia
de clase a la lucha de clases. Esta lucha de clases puede destruir a la
sociedad y al Estado que es su intención reformar. Toda la cultura se
transformó en una civilización de Estado y de Gesellscliait, y
esta transformación significa la muerte de la cultura misma si no queda viva
ninguna de sus desperdigadas semillas y produce de nuevo la esencia y la idea
de la Gemeinschaft, alentando así en secreto una cultura nueva
en medio de la decadente.
Los periodos
Para terminar
nuestra teoría, añadiremos que se contraponen entre sí dos periodos
en la historia de los grandes sistemas de cultura: un periodo de Gesellschaft sigue
a un periodo de Gemeinschaft. La Gemeinschaft se
caracteriza por la voluntad social en forma de armonía, tradiciones, costumbres
y religión; la Gesellschaft, por la voluntad social como
transacción, legislación y opinión pública. Los conceptos corresponden a tipos
de organización social externa, que pueden clasificarse del modo
siguiente:
A. Gemeinschaft comunidad
1) Vida de
familia: armonía. El individuo participa en ella con todos sus sentimientos. Su
verdadero agente de control es el pueblo(Volk).
2) Vida rural de
aldea: tradiciones y costumbres. El individuo entra en ella con todo su
espíritu y su corazón. Su verdadero agente de control es la comunidad. ..
3) Vida de
villa: religión. El ser humano toma parte en ella con toda su conciencia. Su
verdadero agente de control es la Iglesia.
B. Gesellschaft sociedad
1) Vida de
ciudad: pacto o transacción. Ésta es determinada por los propósitos del
individuo. Su verdadero agente de control es la Gesellschaft per se.
2) Vida
nacional: legislación. Ésta es determinada por los cálculos del individuo. Su
verdadero agente de control es el Estado.
3) Vida
cosmopolita: opinión pública. Ésta es creada por la conciencia del individuo.
Su verdadero agente de control es la comunidad de intelectuales.
Con cada una de
estas categorías se relacionan una ocupación predominante y una tendencia
dominante en la vida intelectual, del modo siguiente:
A)
1) Economía de
hogar (o de familia), basada en gustos o preferencias; es decir, en la alegría
y el placer de crear y conservar. La comprensión o acuerdo produce las normas
para dicha economía.
2) Agricultura,
basada en costumbres, es decir, en tareas regularmente repetidas. La
cooperación es guiada por la costumbre.
3) Arte, basado en
recuerdos, es decir, en cultura, en reglas seguidas y en ideas concebidas en la
mente del individuo. La fe en la obra y la tarea une las voluntades
artísticas.
B)
1) Comercio
basado en deliberación; es decir, atención, comparación y cálculo son la base
de todos los negocios. El comercio es acción deliberada per se. Los contratos
son la costumbre y el credo de los negocios.
2) Industria
basada en decisiones; a saber, de empleo productivo inteligente de capital y
venta del trabajo. La fábrica se gobierna por reglamentos.
3) Ciencia,
basada en conceptos, y es evidente por sí misma. Sus verdades y sus opiniones
pasan después a la literatura y a la prensa y llegan así a formar parte de la
opinión pública.
Épocas
de los periodos
En el primer
periodo, la vida de familia y la economía casera (o familiar), son la tónica;
en el último, el comercio y la vida de ciudad. Pero si investigamos más de
cerca el periodo de Gemeinschaft podemos distinguir varias
épocas. Todo su desarrollo tiende a acercarse a laGesellschaft, en
la cual, por lo demás, perdura la fuerza de la Gemeinschaft, aunque
con fuerza decreciente, aun en el periodo deGesellschait, y sigue
siendo la realidad de la vida social.
El primer
periodo está formado por la influencia de la nueva base de la organización
social que resulta del cultivo del suelo: la relación de vecindad se suma a las
viejas y perdurables relaciones de parentesco, la aldea para el clan. Entra en
existencia la otra época cuando las aldeas se convierten en villas. Aldeas y
villas tienen en común el principio de la organización social en el espacio, en
vez del principio del tiempo que predomina a lo largo de las generaciones de la
familia, la tribu y el pueblo. Como desciende de antepasados comunes, la
familia tiene raíces metafísicas invisibles, como si -estuvieran ocultas en la
tierra. Los individuos vivos de la familia están conectados entre sí por la
sucesión de generaciones pasadas y futuras. Pero en la aldea y en la villa es
el suelo físico real, la localización permanente, la tierra visible, lo que
crea los vinculas y relaciones más fuertes. Durante el periodo de Gemeinschaft este
joven principio del espacio permanece enlazado al principio más viejo del
tiempo. En el periodo de Gesellschaft se desconectan, y de esa
desconexión resulta la ciudad. Es la exageración del principio del espacio en
su forma urbana. En esa exageración la forma urbana contrasta agudamente con la
forma rural del mismo principio, pues la aldea sigue esencial, y casi
necesariamente, unida a ambos principios. En este sentido, puede considerarse
todo el desarrollo continuo como un proceso de urbanización creciente.
"Puede decirse que toda la historia económica de la sociedad [es
decir, de las naciones modernas) se resume en la dinámica de este
antagonismo", (Carlos Marx, El capital, 1, p. 286). Es
decir, desde cierto punto de vista, las ciudades, por su influencia e
importancia, predominan sobre la organización rural. En consecuencia, el campo
y la aldea tienen que usar, para el sostenimiento y el fomento de las zonas
urbanas, una parte de sus fuerzas mayor que la pueden dedicar a la
reproducción. En consecuencia, la organización rural está condenada a
disolverse...
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- De Community and
Society -Gemeinschajt und Gesellschajt, por Ferdinand
Toennies, trad. y dir. Charles P.
Loomis (East Lansing, Mich., The Michigan State University Press, 1957), pp.
223-233. Reproducido con autorización del director y del editor.
- Fonte: http://estafeta-gabrielpulecio.blogspot.com.br/2010/08/ferdinand-tonnies-de-la-comunidad-la.html
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