quinta-feira, 20 de outubro de 2011

História e Filosofia da Ciência

O texto abaixo resulta de uma recente intervenção que realizei na Argentina, colocando em realce notas sobre a História e a Filosofia da Ciência.





ALGUNAS NOTAS  SOBRE HISTORIA Y FILOSOFÍA DE LA CIENCIA: CAMBIOS Y PERSPECTIVAS


En los últimos tiempos se han producido cambios fundamentales en Historia y Filosofía de la ciencia al nivel internacional. Como afirma Jover (1999), un punto de quiebre pude situarse en la década de los sesenta, y como referencia básica suele utilizarse la obra de obra Kuhn (La estructura de las revoluciones científicas), aunque más bien las transformaciones las posibilitaron los trabajos de una generación de teóricos entre los cuales, además Kuhn, habría que mencionar a Hanson, Feyerabend, Toulmin, entre otros, cuyos desarrollos se opondrían en varios aspectos fundamentales al empirismo lógico y también al criticismo popperiano, inaugurando una nueva etapa para la Historia y Filosofía de la ciencia que suele caracterizarse como posempiricista o también pospositivista.  
Es decir, la renovación se produjo a partir y en contra de lo que podiéramos denominar una “concepción clásica de la ciencia”, muy vinculada con el positivismo lógico y al programa propuesto por Rudolf Carnap en 1928, en lo sentido de reconstruir racionalmente los procesos de conocimiento con apoyo en las reglas de la lógica. Una década después de Carnap, Reichenbach introdujo la distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación (ibídem). Al primero correspondíam los procesos de pensamiento y operaciones psicológicas, por ejemplo: convicción, aceptación subjetiva, es decir, en sentido general, los procesos por los cuales los individuos llegam a concebir nuevas hipótesis. El segundo se refiere al proceso mediante el cual se ponen a prueba esas hipótesis, se evalúan y justifican.
Esa distinción entre contextos y la exclusiva importancia epistemológica del contexto de justificación fue defendida no sólo por los empiristas lógicos, sino también por los racionalistas críticos liderados Popper. Las diferencias entre unos e otros están, principalmente, en el plano del método científico. Carnap defiende un método de investigación de tipo inductivo. Es decir, partir de los enunciados de observación (entendidos como fundamento de nuestro conocimiento) y establecer en qué medida se confirma la hipótesis planteada.
Evidentemente, Popper, sin embargo, no cree que la inducción sea un método de justificación. Los enunciados que describen las observaciones también son perfectibles y por tanto no son fundamento seguro. El método consiste en conjeturar y refutar, y la racionalidad radica en someter a crítica y remplazar las creencias.
Todavía, la imagen posempiricista de la ciencia va a acentuarse en la nueva generación de teóricos que emergen de los setenta en lo adelante, como, entre otros, Lakatos, Laudan, Sneed y Hesse, cuyos desarrollos en gran medida se van a girar en alrededor de la crítica al modelo de Popper.
De acuerdo con Gómez (1995), esas transiciones en Historia y Filosofía de la ciencia pueden esquemáticamente resumirse en las siguientes tendencias:
1) Transición de modelos estáticos de la ciencia a modelos dinámicos.
2) Creciente historización de la epistemología. La Historia de la ciencia es la principal fuente de información para construir y poner a prueba los modelos de la ciencia.
3) Creciente sociologización de la epistemología. Es decir, mayor reconocimiento de la incidencia de lo social y la revelación de los fines no exclusivamente epistémicos que afectan el desarrollo científico.
4) La necesidad de enriquecer nuestra visión de la racionalidad de la actividad científica y no reducirla al estudio del proceso cognitivo, enlazándola con los fines prácticos, sociales, a los cuales sirve la ciencia.
5) Epistemología con sujeto cognoscente. Tesis que se opone a la epistemología sin sujeto propia del empirismo lógico y de Popper cuya finalidad consiste en respaldar la idea de la objetividad por medio de la exclusión de los factores subjetivos.
El reconocimiento del papel de los factores sociales en el desarrollo de la ciencia ha conducido a un consenso mayoritario de la necesidad de una historia social de la ciencia. La historia de la ciencia es, en cierto sentido, tan vieja como la propia ciencia. Sus problemas y enfoques, sin embargo, han variado considerablemente en el curso del tiempo. Conforme Jover (1999), con quién yo estoy de acuerdo, inicialmente los historiadores se centraron en la descripción cronológica de los adelantos de las diferentes ciencias Pero la perspectiva de la Historia de la ciencia hoy es otra. Yo pienso que es una perspectiva fundamentalmente analítica.
Entonces, para concluir mi exposición, menciono focos de interés de las nuevas reflexiones en Historia y Filosofía de la ciencia. Su mención ayuda a apreciar el cambio teórico producido. En línea con Echeverría (1995), algunos de ellos son:
1) La incidencia de la política científica, tanto pública como privada, sobre la actividad científica.
2) El impacto de la tecnociencia sobre la sociedad y sobre el entorno.
3) La influencia de los aparatos experimentales e de medición, así como la elaboración de diversas representaciones científicas para los conceptos y teorías científicas;
4) El problema de la inconmensurabilidad entre paradigmas rivales. 
5) La práctica efectiva de los científicos y la racionalidad de sus decisiones.

BIBLIOGRAFÍA
ECHEVERRÍA, J. Filosofía de la ciencia. Madrid: Ediciones Akal, 1995.
GÓMEZ, R. Racionalidad: epistemología e ontología. In: OLIVÉ, L. Racionalidad epistémica. Madrid: Editoral Trota, 1995.
JOVER, J. N. La ciencia y la tecnología como procesos sociales: lo que una educación científica no debería olvidar. Habana: Editorial Félix Varela, 1999

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