En el libro Pensar rápido, pensar despacio, Daniel Kahneman [psicólogo,
pero Premio Nobel de Economía] sintetiza sus investigaciones sobre la forma de
pensar de los seres humanos. El autor mantiene la tesis ampliamente
aceptada en la psicología actual sobre los dos modos de pensamiento: el Sistema
1, rápido, intuitivo y emocional, y el Sistema 2, más lento,
reflexivo y racional.
El primero proporciona conclusiones de forma automática, y el segundo,
respuestas conscientes. Lo peculiar es que, en la mayoría de las ocasiones, no
reflexionamos sobre cuál de los dos ha tomado las riendas de nuestro
comportamiento.
Un libro dividido en cinco secciones temáticas
El libro se divide en cinco partes. En la primera parte presenta cómo
funcionan los dos sistemas y cómo se producen los juicios y la toma de decisiones
por parte de ambos. La segunda parte profundiza sobre la heurística de los
juicios y hace especial hincapié sobre las dificultades del Sistema 1 para
pensar estadísticamente. La tercera parte se centra en la
incapacidad para reconocer la incertidumbre y nuestra propia ignorancia y la sobreestimación de aquello que creemos entender del mundo que nos
rodea.
La cuarta parte profundiza sobre la naturaleza de las decisiones
económicas y plantea la teoría de las perspectivas bajo la hipótesis de los dos
sistemas. En la quinta parte del libro Kahneman realiza una distinción entre
los que él llama “el yo que experimenta” (relacionado con el Sistema 2) y “el
yo que recuerda” (relacionado con el Sistema 1). En ocasiones el objetivo de
felicidad de ambos yo conduce a situaciones claramente contrapuestas.
Finalmente, y en una especie de conclusión, se examinan las
implicaciones de las tres distinciones realizadas en el libro: el yo que
recuerda frente al yo que experimenta, la toma de decisiones en la
economía clásica frente a la toma de decisiones en la economía conductual, y el
Sistema 1 frente al Sistema 2.
Varias consideraciones y reflexiones sobre este libro
Podemos considerar las hipótesis de partida de Kahneman sumamente
originales y atractivas. A mi juicio, extiende los conceptos de Sistema 1 y
Sistema 2 a la totalidad de procesos del pensamiento. Esta visión modeliza
perfectamente la toma de decisiones del tipo “lo primero que se me ha pasado
por la cabeza” frente a aquellas decisiones que tomamos después de haber
reflexionado cuidadosamente. Podemos ver un ejemplo de ello en un sencillo
problema que el mismo Kahneman plantea:
El Sistema 1 y el Sistema 2, una sencilla forma de
conceptualizar el pensamiento
Fisiológicamente hablando, podríamos incluso llegar a postular que las
respuestas del Sistema 1 emergen directamente del sistema límbico, naturalmente
transformadas y procesadas por las áreas neocorticales, mientras que las del
Sistema 2 que implican un procesado más elaborado, (el
intelectual-cognitivo-reflexivo) sólo se podrían llevar a cabo en las áreas
corticales más modernas ubicadas en la zona cortical frontal prefrontal.
Esta consideración situaría el Sistema 2 como una estructura exclusivamente
propia de los animales superiores, surgido evolutivamente como complemento al
Sistema 1.
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